La fama precede a la vida nocturna de Perú, un país lleno de bares, tabernas y peñas (locales mezcla de bar y restaurante con música peruana en vivo) en el que, especialmente en las zonas turísticas, son cada vez más habituales discotecas que suelen estar abiertas hasta las 4 de la madrugada.
Durante los últimos años, Perú ha volcado importantes esfuerzos en construir una imagen turística internacional que supere el encasillamiento en los atractivos tradicionales. Dentro de esta estrategia destaca el proyecto International Music Marketing Strategy for Tourism and Brand Building, llevado a cabo entre la agencia nacional de promoción turística PROMPERÚ y Sound Diplomacy (Figura 9). Entre agosto y diciembre de 2017 Sound Diplomacy, en colaboración con investigadores locales, realizó un mapeo de los géneros musicales contemporáneos presentes en el país e identificó los más adecuados, junto a los artistas más representativos, para promocionar la imagen de Perú tanto en el exterior como dentro del propio país.
Uno de los iconos del ocio nocturno peruano es, sin lugar a dudas, el pisco sour, un cóctel a base de pisco (aguardiente de uva), limón, jarabe de goma, clara de huevo y hielo picado. Un combinado con 103 años de historia que lo han convertido en símbolo de Perú, hasta el punto de que desde 2004 todos los primeros sábados de febrero se celebra el día nacional del pisco sour y en 2007 el Instituto Nacional de Cultura (INC) lo declaró Patrimonio Cultural de Perú. El origen de este cóctel se remonta a la inauguración en Lima del Morris Bar, propiedad del estadounidense Victor Morris, el 1 de abril 1916, si bien su receta definitiva la estableció el barman peruano Mario Bruiget en 1920 (Coloma Porcari, 2005: 72-73). En el centenario del pisco sour el barman Roberto Meléndez afirmaba que después de muchos años de oferta turística centrada exclusivamente en el patrimonio histórico y arqueológico, el país empezaba a atraer a mucha gente gracias a sus restaurantes y bares “donde tomar un buen pisco sour”14. La popularidad de esta bebida queda demostrada en el rápido crecimiento de su producción que pasó de algo más de 6 millones de litros en 2011 a 9,5 millones en 2015 –un 34% de crecimiento.
Asociado a la popularidad de este cóctel y al reconocimiento internacional de su gastronomía, Perú ha visto crecer un sector de bares y coctelerías donde prima la calidad y la innovación. En sintonía con esto, los datos del INEI (Instituto Nacional de Estadísticas e Informática) muestran que durante los últimos dos años el número de bares, cafeterías y discotecas no ha parado de crecer a un ritmo aproximado del 2,3% mensual. Estos locales empiezan a ser un referente para la población local y cada vez más un recurso turístico que atrae a los extranjeros que visitan Perú.
En la ciudad de Lima la presencia de establecimientos de comida, bebida y entretenimiento supone alrededor de un 16,6% del total de negocios de la ciudad, lo que supone alrededor de 75.500 establecimientos (INEI, 2017: 137).
Según los datos de la consultora internacional Global Data (2017), los turistas internacionales gastaron 186 mil millones de dólares (164 mil millones de euros aproximadamente) en comida y bebida durante 2017. Además, según PromPerú el porcentaje de turistas extranjeros que visitan Perú por vacaciones con la intención de realizar rutas gastronómicas ha pasado del 5% en 2014 al 8% en 2017. No obstante, la fortaleza del sector de la coctelería es que llega a un público más amplio y transversal, en edad y nivel económico, que el meramente gastronómico.
La apuesta por la calidad que muchos locales de Lima llevan tiempo haciendo recogió una importante recompensa en la última ceremonia de The World’s 50 Best Bars 2018 en la que la “Coctelería Carnaval”, ubicada en el barrio de San Isidro recibió el premio Campari One to Watch16. En “Carnaval”, abierto en 2017 por Aarón Díaz, se puede disfrutar de cócteles como Beso de la Muerte o Alma y en sólo un año se ha convertido en referente para los turistas amantes de los cócteles que visitan Lima. Anteriormente, este local ya había recibido un premio de la asociación internacional Tales of the Cocktail como reconocimiento a una de las diez mejores nuevas coctelerías de toda América.
En 2018 Perú recibió por sexta vez el premio World Travel Awards al “Mejor Destino Culinario del Mundo”, creando sinergias con el sector de la coctelería, que se está convirtiendo en una oferta complementaria y atrae al turista internacional que viaja a Perú para disfrutar de su rica oferta de alta gastronomía.
Aunque Lima es una ciudad vibrante durante la noche, que se alarga habitualmente hasta las cuatro de la mañana, dos distritos destacan por encima de los demás, Miraflores donde alrededor de su parque central se sitúan la mayoría de bares y discotecas y Barranco donde además podemos encontrar peñas, locales típicamente peruanos donde se puede comer y beber mientras se disfruta de música en vivo. En Miraflores las exigencias de etiqueta son altas y la mayoría de locales cobran algún tipo de entrada, por el contrario, Barranco es más popular tanto en lo musical como en precios y etiqueta.
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