Luego de un viaje en bus hacia Tumbes, lugar donde se encontraba la feria de Perú Mucho Gusto 2018, paramos en el clásico y famoso restaurante «Eduardo, El brujo».
Todos nos pedimos diferentes platos, uno más rico que otro pero el que recomiendo sin duda pedir es la Langosta, yo pedí la Langosta con salsa de mariscos pero puedes pedirla en sus otras presentaciones y ninguna tiene pierde, deliciosa, fresca y sabrosa.
Luego de un potente almuerzo, nos dirigimos a la feria, el sol por la tarde en Tumbes era amigable y decidimos pasear por la feria y pedir unos traguitos. En la feria uno podía encontrar stands de todas las 25 regiones del Perú, un lujo que disfrutamos hasta la noche, con el concierto estelar de los Yaipén.
A la mañana siguiente, volvimos a dirigirnos a la feria pero esta vez no desayuné para ir con todas las ganas de arrasar; es que cuando yo me lo propongo puedo ser la más tragona jeje.
Ceviche de trucha de Puno, Cuy frito de Moquegua, Causa Chichayana, Frejoles con Seco, Anticuchos de La Grimanesa, Queso helado arequipeño, los picarones de la Rica Miel y etc. de platos más que compartimos. Lo genial de viajar con foodies es que comemos en grupo y picamos de todos. Un festín de platos de todas partes del Perú.
Lo genial de esta feria es que no cobra a los participantes, no cobra entrada y los precios de los platos son baratísimos, además que son platos que no se repiten, así no hay competencia entre cada stand.
Disfrutamos de la feria hasta que cayó la tarde y nos dirigimos al hotel a descansar, el sol de Tumbes no mató nuestras ganas de compartir experiencias, sabores, sonrisas, tragos, dulces y la vida; al contrario nos refugió con cariño esperando nuestro regreso.